sábado, 2 de noviembre de 2013

ADN emprendedor


Actualmente, se me conoce por ser la presidenta y fundadora de MET Community, una organización sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es impulsar el emprendimiento femenino y la innovación social, tanto en Europa, como en Estados Unidos y en Latinoamérica.

Pero para comprender quién soy realmente y el porqué de mi dedicación, es imprescindible echar la vista atrás, ir al origen… Puesto que solo conociendo mis primeros pasos en la vida se puede entender el camino recorrido hasta llegar al día de hoy, en el que he decidido abrir mi corazón y compartir con vosotros mis motivaciones más íntimas y mi fuente de inspiración.

Puede decirse que el espíritu emprendedor brotó en mí desde muy joven, quizá más por necesidad que por oportunidad. Soy la mayor de cinco hermanos y este hecho me obligó pronto a asumir responsabilidades y a desempeñar roles que excedían del propio de hermana, tales como consejera, amiga, confidente, cuidadora, tutora, defensora, mediadora…

Mi madre -Inmaculada Rubí- es una mujer que, durante mi infancia, estuvo sola en la dura tarea de sacarnos adelante, para lo cual, además de trabajar, estudiaba por las noches. La imagen de mi madre sacrificándose y luchando sin descanso, de forma desinteresada, por el bienestar de sus hijos me ha perseguido toda la vida. Su energía, vitalidad, optimismo, generosidad y trabajo, representan el espejo en el que siempre me he querido mirar. Y la filosofía que ha propugnado en su actuar de: “Ayudando, me ayudo”, ha simbolizado mi inspiración para poder ayudar a otras mujeres tan valiosas como ella a alcanzar sus sueños.

Al mismo tiempo, desde muy joven, tuve claro que tenía que competir en un entorno complejo, donde las mujeres tenemos que enfrentarnos a muchas dificultades y la mejor manera de prepararse era con una sólida formación. De modo que obtuve mi maestría, diversos títulos en las mejores universidades como Deusto, Instituto de Empresa, Harvard, London Business School y mi doctorado en Madrid. Esos años de estudio siempre los he tratado de compaginar con diversos trabajos que no solo evitaran que fuera una carga para la familia, sino que me permitieran poder colaborar y devolver a mi madre una parte –al menos- de lo ella me proporcionó.

Tras mi formación, comencé a desarrollarme profesionalmente y mi experiencia en distintos campos me permitió conocer a fondo el mundo empresarial, donde comprendí que el emprendimiento es un concepto que no se circunscribe a lo laboral, pues emprender es una forma de vivir; mi forma de vivir desde que tengo uso de razón.

Si de algo puedo presumir, es de haber conocido a lo largo de mi vida a personas increíbles: profesionales, generosas y proactivas, movidas por un interés que trasciende el personal. Con esas personas, con esos amigos con ganas de cambiar el mundo, en el año 2007 creamos MET: una Comunidad que, de forma desinteresada, quiere ayudar a las mujeres a emprender; donde se hace realidad la máxima de mi madre: ayudando nos ayudamos todos.

Como imaginaréis, no ha sido fácil llegar hasta aquí, pero sin duda ha merecido la pena, pues todos y cada uno de los momentos que me ha tocado vivir me han acercado un paso más a MET: mi sueño, mi destino, mi forma de vivir.

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